La vida fluye a través de ti: Entrevista a Robert Dilts

ENTREVISTA ROBERT DILTS

ESTAR CONECTADO SIGNIFICA QUE LA VIDA FLUYE A TRAVÉS DE TI.
El nombre de Robert Dilts está ligado de manera indispensable a lo que hoy día se conoce como Programación Neuro Lingüística. Desde los primeros tiempos de la PNL, en los ya lejanos años 70, Robert estuvo implicado en los desarrollos que junto con Bandler y Grinder se conocerían más tarde como PNL. Nacido en California hace medio siglo, en aquella época era un joven estudiante interesado por los avances en la psicología y en los estudios de la comunicación humana. El famoso antropólogo y estudioso Gregory Bateson fue uno de sus mentores y, junto a los mencionados Bandler y Grinder además de muchos otros colaboró en la creación de los patrones más eficientes de la PNL.

Autor de más de 25 obras sobre la especialidad, Robert Dilts es un conferenciante de prestigio que viaja por todo el mundo mostrando su trabajo. Meticuloso y procedimental, Dilts ha estudiado en profundidad el comportamiento humano, incidiendo en lo que él llama “modelado”. Es decir, el estudio profundo de cómo hacen las cosas las personas. Precisamente, la PNL surgió del modelado de tres prestigiosos y eficaces terapeutas, Milton Erickson, un famoso psiquiatra e hipnoterapeuta, Fritz Perls, creador de la Terapia Gestalt y por último de Virginia Satir, la creativa terapeuta familiar. Como consecuencia del estudio de estos terapeutas se describieron pautas para mejorar en el campo de terapia que han sido enseñadas por Robert en todo el mundo.

Hoy dia, treinta años después, con motivo de su visita a Barcelona, Robert Dilts nos habla de su trabajo, sus pensamientos y su modo de ver el mundo en el seminario “Fluyendo a través de las Transiciones”.

Tuvimos oportunidad de conversar con él y accedió amablemente a compartir con nosotros sus opiniones y experiencias.

1.- Existen muchas maneras de abordar las dificultades pero, ¿Porqué alguien elegiría la PNL para estar bien?

Dilts: Uno de los puntos fuertes de la PNL es que es muy práctica,

porque se centra en los procesos y eso permite que las cosas se puedan hacer paso a paso y que la gente pueda seguirlos fácilmente. Creo que una de las cosas buenas de la PNL es que ofrece herramientas que la gente puede utilizar, son herramientas que permiten a las personas cambiar su vida, o bien les ayudan a conseguir lo que es su visión o a solucionar sus problemas. La PNL cubre un gran abanico de posibilidades, algunos terapeutas usan PNL, algunos directivos de organizaciones usan, PNL, maestros usan PNL, coaches usan PNL, deportistas usan PNL, como tú sabes, muchos profesionales la usan y eso me hace pensar que es bueno y útil.
2.-¿Qué requisitos debe tener un practicante de PNL para que lo podamos consultar? ¿Qué me recomiendas que tenga en cuenta si voy a trabajar con una persona que conoce la PNL?
Dilts: Es una pregunta muy difícil de responder, si tenemos en cuenta que cada persona es un ser individual. Creo que es importante el tipo de relación que va a establecer, es muy importante que sintonice contigo.

Es vital que la persona domine los aspectos de la PNL, pero tú debes tener en cuenta tus necesidades. Es posible que un profesional se presente como terapeuta, coach, consultor, profesor, etc… ¿Pero qué necesitas tú? Es bueno que sepas en que ámbito se mueve ese profesional y si conoce el ámbito de tus necesidades. No solo te preocupes del currículum que esta persona tenga en PNL, sino también de la experiencia que tenga esta persona en el área que te preocupa.

La gracia está en que la persona encaje en lo que tú necesitas.

No importan mucho los certificados que tenga en PNL, lo importante es que puedas explorar a esta persona en una dimensión más relacional y que te des permiso para actuar en consecuencia.
3.- ¿Cómo podemos definir de manera sencilla la PNL? ¿Cómo se lo explicaríamos a un niño?
Dilts: Muchas veces se lo explico a mis propios hijos. Para mi

hay una definición simple, la PNL es la manera en que como piensas y como hablas afecta a cómo actúas. Como piensas, hablas y actúas son procesos sistémicos en constante interacción, son cosas que están conectadas.

La manera en como esto funciona puede ayudarte a conseguir la PNL.

4.- OK, has definido lo que es, pero…¿Qué no es PNL?
Dilts: Oh, es una buena pregunta. Inicialmente la PNL fue definida como el estudio de la experiencia subjetiva humana. Según esta definición, cualquier cosa que entra en los parámetros de la experiencia humana es PNL. No obstante, esta idea de “estructura de la experiencia” es importante pues permite comprender como todo se relaciona. La neurología, el cuerpo, el lenguaje, nos permiten examinarlo prácticamente todo con la PNL, con unos filtros específicos. Es decir, con una manera específica de pensar. Teniendo en cuenta que usamos filtros neuro lingüísticos y estos filtros son inherentes al ser humano, no son muy teóricos, son experienciales. Pienso que eso es parte del éxito de la PNL en el mundo entero, porque tenemos una neurología que es igual en todos lados. La PNL nos permite entenderla y usarla. Eso no es nada abstracto. Trabajamos con la experiencia de la persona, lo que cree como real.
5.- Quisiera que te arriesgues un poco, quiero hacerte preguntas prácticas…
Como consultor, como experto en PNL ¿Qué le dirías a alguien que no está muy contento consigo mismo?
Dilts: Creo que para empezar,

me alegraría de que no estuviera muy contento consigo mismo, creo que este mundo es un bonito lugar para crecer y creo que de las muchas personas que he conocido, ninguna estaba realmente satisfecha al cien por cien consigo misma. Creo que todos tenemos cosas en la que mejorar.

Sería más peligroso si la persona me dijera que está del todo satisfecha con ella misma, que ya no tiene que crecer ni mejorar. Le diría, me parece bien que no estés contento, pero esa no es la cuestión,

la cuestión es ¿qué haces cuando no estás contento contigo? ¿Tienes rabia contigo? ¿Qué es lo que haces con eso?

Virginia Satir, que fue una de las primeras personas que fue estudiada por los creadores de la PNL, gran terapeuta creadora del concepto que hoy usamos en todo el mundo, la autoestima, solía hacer dos preguntas a sus clientes, la primera al hablar del problema era, ¿Cómo te sientes con eso? tal vez el cliente respondía –estoy insatisfecho-, entonces Virginia preguntaba ¿Y cómo te sientes, sintiéndote insatisfecho? Este segundo sentimiento es importante. ¿Cómo te sientes sintiéndote así? La gente puede decirte, eso me hace estar deprimido, o curioso, o excitado, cada uno es diferente de modo que le preguntaría a alguien insatisfecho: ¿Qué piensas hacer sobre esto? La primera pregunta debería ser: ¿qué es lo que deseas? ¿Qué quieres sentir? Me gusta sentirme como un conductor de taxi, cuando estoy con una persona…¿Dónde quieres ir? Si me dice, quiero estar satisfecho, entonces digo ¡Bien! Solo hemos de encontrar la manera de hacerlo y eso no es un gran problema.
6.- ¿Qué podemos hacer cuando una persona se siente sola, alguien que no tiene pareja?
Dilts: Creo que hay mil maneras de ayudar a alguien cuando se siente solo. Una de las primeras cosas a saber es porqué está solo y qué le gustaría hacer. Si quiere tener amigos, ¿Qué clase de capacidades tiene? ¿Qué clase de recursos cree que le faltan? Nuestro modelo se resume de manera muy simple, ¿cuál es su estado en este momento? ¿Cuál es el estado en que le gustaría estar? y ¿qué recursos tiene o le faltan para conseguir eso?

¿Qué necesito para sentirme conectado con los demás? En PNL existen un universo de habilidades de comunicación que se pueden poner en práctica.

Es posible que la persona no crea en si misma, que tenga un tipo de pensamiento así…no soy interesante, no me aceptan, etc., igual tiene un tipo de bloqueo como un miedo que le impide comunicarse con los demás. Se pueden trabajar muchas de esas cosas con la PNL. Los miedos, las inseguridades, ese tipo de bloqueos relacionales de manera efectiva y me atrevería a decir que rápida.
7.- Has hablado a lo largo de estos días de una idea con la que trabajas siempre, la llamas “intención positiva”, ¿Qué es eso? ¿Cómo puede resultar útil?
Dilts: Creo que uno de los conceptos más transformacionales de la PNL, postula que detrás de cada comportamiento, pensamiento, creencia, tiene un propósito positivo. Es decir, pretende algo bueno para nosotros. Todos los organismos cumplen este requisito, tienen un propósito benévolo orientado a la supervivencia y a garantizar la tranquilidad de la especie. Como profesional busco cuál es la fuente de la que mana cualquier pensamiento, idea, comportamiento y suelo encontrar una intención buena en esa fuente.

¿Cuál es la intención de fumar? por ejemplo la persona quiere tranquilizarse, estar relajada o concentrada y ese es el origen del comportamiento. Hay que respetar eso para poder cambiarlo. Es una idea sorprendente, pero es así.

Cuando tenías tres años las opciones que tenías para protegerte eran muy limitadas, luego creces y mantienes esas opciones sin saber que tienes muchas opciones más.
8.- ¿De donde surge esa idea? ¿Es una creación tuya, de dónde viene?
Dilts: Creo que la idea de la intención positiva nace con la PNL, pero conecta con diferentes ideas previas como la teoría de los sistemas o la cibernética. Todos los sistemas tienden a mantener un equilibrio, la homeostasis. Buscan preservarse incluso cuando pretenden crecer o cambiar. Virginia Satir siempre buscaba la función de los comportamientos y ella fue inspiradora para mi en este concepto.

No mires el comportamiento, mira lo que hay detrás, ¿para qué haces esto? ¿Qué hace esto para tí?

No tiene mucho sentido enfadarse con el comportamiento o con tu pensamiento, es mejor buscar cuál es la función que pretende cubrir y luego buscar otras alternativas más agradables para satisfacer eso.
9.-Siempre se ha dicho que Bandler y Grinder desarrollaron la PNL inicialmente pero, ¿Qué opinan ellos del trabajo de Robert Dilts ahora? ¿Tienes feedback sobre eso?
Dilts: No sé muy bien. Creo que ellos aprecian mis contribuciones, suelo hablar con ellos a menudo. Y están al tanto de lo que hago. Hace apenas tres días hablé con John Grinder y me dijo cosas buenas, el propio Richard sabe que mi intención es la de desarrollar la PNL y hacerla popular. En el ámbito personal, ellos me aprecian mucho, tengo suerte de ser su amigo.
10.-El modelo de los niveles neurológicos ha sido revisado por algunos profesionales del pensamiento humano y ha sido encontrado como muy operativo. Sin apenas fallos. ¿Cómo se te ocurrió desarrollar esta idea?
Dilts: La verdad es que las ideas sobre los diferentes niveles de aprendizaje de Gregory Bateson fueron inspiradoras para mi modelo. Estudié con él los diferentes niveles de procesamiento de la información y aprendizaje de las personas, y también de los animales, aunque yo realicé otra formulación. Me interesaba llegar a una manera pragmática de utilizar ese conocimiento.

Me di cuenta de que las personas sabían lo que tenían que hacer, pero no lo hacían o se sentían incapaces de hacerlo. Eso me hacía pensar en los diferentes niveles. Era como si las personas pudieran hacer algo a un nivel, pero no a otro. Me interesaba saber como organizar eso. Según como hablaban y se comportaban empecé a separar los qué de los cómo, de los porqué, etc. y así fui creando este modelo para reorganizarlo con las personas.

La idea de niveles era de Bateson y yo tuve la suerte de organizarlo con las personas.
11.- Dentro de este modelo de los niveles neurológicos hablas del nivel espiritual ¿En qué grado presentan (cuántas) las personas dificultades a este nivel espiritual?
Dilts: Definimos este nivel espiritual como el nivel donde estamos conectados con algo que es más grande que nosotros mismos. Tiene que ver con la cualidad de pertenecer a algún lugar, a alguna cosa por encima de tí. Es el nivel donde se sitúan muchas personas que manifiestan adicciones, por ejemplo. Esta falta de conexión a un sistema mayor puede conllevar la necesidad de consumir o abusar de sustancias. Sentirse deprimido también puede ser una manifestación de problemas a este nivel, una persona deprimida está sintiendo una falta importante de conexión con lo que le rodea, eso puede reportarle problemas a nivel de identidad; pensar cosas como: “no valgo nada” “no le resulto interesante a nadie” “nadie me quiero” o incluso “no soy capaz de querer, no merezco vivir”. Estos problemas de la vida pueden ser resueltos conectando con la sensación de pertenencia a algo mayor a nosotros. Un enfermo terminal puede preguntarse por el propósito de lo que le ocurre, es importante que se inunde en la sensación de pertenecer a algo mayor, sentirse dentro para poder trascender. Los problemas de las transiciones de la vida, están a este nivel espiritual,

¿cuál es el propósito de mi vida? ¿A dónde me propongo ir? ¿Quién soy? Es importante saber que la vida es algo que pasa a través de mi. Hay que dejar que fluya y sentirse en conexión con lo demás, cuando perdemos esta conexión, la vida deja de fluir. Se convierte en sufrimiento.

Afrontar el miedo

AFRONTAR EL MIEDO

Pensemos en el inicio de la vida. La mayoría de mujeres que se convierten en madres es porque así lo desean, sin embargo en nuestro caso, no podemos dejar de pensar en el miedo que nos invadía cuando tuvimos a nuestros propios hijos. Estábamos ilusionados, sentíamos un fuerte deseo y, al mismo tiempo, nos inundaba un gran temor frente a ese proyecto. Deseábamos que todo fuera bien al mientras temíamos el impacto que ese nacimiento podía tener en nosotros. Zozobrábamos frente a los peligros que están relacionados con la seguridad en el embarazo y el nacimiento de los bebés, el propio miedo a no ser capaces de ejercer bien la paternidad y en ocasiones, nos asaltaba el temor al impacto que todo ello podía conllevar con nuestra vida individual, nuestra pérdida de libertad, o dificultades que se pudieran generar en la pareja por causa de ese importante acontecimiento. Aun así, a pesar de esos recelos, disfrutamos del nacimiento de nuestros hijos y de nuestro día a día.

No sentir temor frente a los avatares de la vida, sus vaivenes y sus cambios sería una imprudencia propia del iluso, porque en nuestra existencia, desear algo y a la vez temerlo es una experiencia cotidiana.

Nuestros temores pueden llevarnos a valorar nuestra vida y a hacerla más interesante pero cuando el temor nos atenaza, nos frena y nos hace sufrir es cuando tenemos que poner manos a la obra para encontrar caminos hacia una vida más plena.
Somos seres sociales
Las personas somos seres sociales, es decir,

precisamos de los demás para poder salir delante de una manera sana.

Cuando nacemos carecemos de las capacidades necesarias para sobrevivir, de modo que desarrollamos otras capacidades que nos permitan pertenecer a una red que nos proteja, nos nutra, nos permita crecer. Es por ello que desde nuestra más tierna infancia ponemos en marcha recursos que nos permitan generar vínculos duraderos y saludables para poder proseguir con nuestra vida. Nuestra biología activa nuestros cuerpos para que nuestros sistemas hormonales se equilibren con las personas que nos han de cuidar. Con el tiempo, cuando somos niños, aprendemos las leyes y normas de nuestro entorno y aprendemos a hacer cosas para ser aceptados y queridos por nuestros allegados. Esa vinculación es la estructura del amor y la peor de las maldiciones que puede padecer una criatura es tener el sentimiento de la pérdida de este vínculo amoroso.

Curiosamente, el nacimiento de este tipo de miedo está en el amor.

Parece que sea la otra cara del amor, al que siempre acompaña. Este desasosiego, pues, se convierte en una especie de “pegamento” relacional y aprendemos que ese sentimiento nos ayuda a actuar prudentemente para sentirnos a salvo en los “brazos virtuales” de aquellos que nos cuidan.

La pérdida del amor
Si existe una vulnerabilidad insuperable es la de la posible pérdida del amor y del cuidado. Es por ello, que en la vida las personas nos esforzamos en ser buenas, precisamos del sentimiento que el afecto del otro nos hace sentir. Es por ello que nos comprometemos, en muchas ocasiones en agradar a los demás o en demostrar cuán válidos somos. Sentirse valioso, ser amado en sus diferentes versiones como la del amor filial, la de nuestra familia de origen, o el romántico amor de pareja igual que el reconocimiento social que nos pueden proporcionar nuestros logros son alimentos orientados a sentirnos bien, adecuados y queridos. De ahí, que el dolor que causa la pérdida del amor sea como un lobo que nos muerde poderosamente el corazón. Ese dolor nos lleva a la imagen del miedo, y ese miedo puede llegar a ser paralizante si nos alejamos de nosotros mismos y de nuestros anhelos.

El temor y la prudencia
Otra de las caras del temor es la que nos lleva a vivir la vida con una cierta prudencia. Este tipo de recelo puede hacernos sobrevivir en una situación de peligro, una experiencia estresante o frente a los retos a los que la propia vida nos invita. Todo ello parece estar relacionado con el deseo de seguridad y protección que toda persona tiene, atendiendo a la historia, el miedo ha sido un protector de la vida humana y la incertidumbre ha facilitado que los seres humanos desarrollemos vías extraordinarias para sobrevivir en entornos durísimos.

La carencia del temor, habría acabado con toda certeza con nuestra especie.

Las personas nos movemos entre la ambivalencia de aquello que queremos conseguir y el temor que sentimos ante el fracaso. No es fácil la vida, de hecho, como podemos observar, la vida aparece como una excepción en el universo y ante tanta fragilidad la prudencia y el miedo no son malas compañías. Así pues cuando queremos asegurarnos de que las cosas van a ir bien es importante poder ser comedidos.
Del temor al miedo que paraliza
Como vamos indicando, el temor no tiene porqué resultar nocivo. La vida es rica en experiencias que nos causan temor y eso no es tan malo si podemos aceptar el temor como una acompañante en nuestro viaje.

Sólo cuando evitamos aquello que tememos es cuando alimentamos al monstruo del miedo, sólo cuando pensamos que el miedo se evaporará tan sólo con no pensar en él, o cuando creemos que no llevando a cabo algo que tememos nos ayuda.

Nunca nadie ha conseguido hacer nada sin realizarlo. No aprendemos a conducir sin pasar por el temor de hacerlo, no podemos conocer la felicidad del amor si tememos ser derrotados de antemano. Nadie logró una cita sin correr el riesgo de ser rechazado en ella. Garantizamos una vida lamentable cuando posponemos nuestros deseos, postergamos las sensaciones desagradables que nos proporcionan algunas cosas. A veces le llamamos pereza y, sin embargo, no es más que la evitación de aquello que tememos. La parálisis del miedo se perpetúa en la inacción, en la excusa, y en la duda sin fin. Cuanto más nos alejamos de aquello que queremos, más de ve dañada nuestra autoconfianza y por ello sería conveniente aprender a avanzar a pesar de la inquietud que nos produce aquello que evitamos.
La incertidumbre puede convertirse en la espoleta del miedo a condición de querer controlarlo todo con el pensamiento. Cuando el temor nos atenaza, solemos pensar y pensar, dándole vueltas a aquello que intentamos en vano dominar.

El mundo es maravilloso si estás dispuesto a explorarlo en la acción en vez de buscar verdades tranquilizadoras de antemano.

Uno sólo puede conocer el sabor de un fruto después de probarlo, evitar una posibilidad por querer ahorrarse una experiencia desagradable resulta una gestión ineficaz del miedo. Puesto que las amenazas crecen en la oscuridad de la evitación

Crecer
La armadura del miedo no crece. Nosotros si. Cuando éramos pequeños, aprendimos que el temor podía protegernos y con el tiempo nos damos cuenta de que aquella coraza que protegía nuestro tierno espíritu en la infancia nos viene pequeña, nos resulta tremendamente incómoda. Aquello que sin duda fue útil en el pasado puede que ahora no nos haga falta. Crecer es eso, tomar conciencia de cómo el miedo antaño nos proporcionó seguridad y aprender a reconocérselo para poder sacarlo de nuestro interior para, por vez primera, ir de la mano con él. Ese es el primer paso para poder seguir adelante, en lugar de estar en medio de la calle luchando con la armadura, inmóviles, mientras la vida tiene otros planes.

Podemos negociar con el dragón para pedirle que nos coja de la mano y nos ayude a cruzar la calle encharcada de las dificultades de nuestra existencia.

Alcanzar la madurez
El director norteamericano de cine Francis Ford Coppola suele decir que:

“La mejor manera de prever el futuro es inventarlo”.

Tal vez por eso las personas construimos objetivos y retos en nuestras mentes como recurso para vencer el malestar. Pasamos durante la vida diferentes etapas para alcanzar la madurez de nuestro espíritu. El ciclo del crecimiento parece cumplir con diferentes procesos: Deseamos, nos ponemos en marcha para alcanzar las cosas que queremos, nos acomodamos a esos logros y con el tiempo, esos logros se nos quedan pequeños. Notamos que tenemos necesidad de seguir avanzando, puede que las dificultades nos venzan, y extraemos aprendizajes de todo ello. Durante algún tiempo podemos estar instalados en crisis que nos enseñan a transformarnos y nos obligan a encontrar nuevas maneras de funcionar. Luego, de nuevo, nos acomodamos y con el tiempo, volver a empezar.

Hacia la libertad
No podemos esperar a que el miedo desaparezca por sí solo. No suele irse de nuestra vera así como así. Es un malestar que nos invita al reto paradójico de aprender a vivir con él para vivir si él. Es el caso del que aprende a salir de casa aun sintiendo miedo en lugar de permanecer siempre en ella esperando a ver si mañana ocurre un milagro y me siento bien, el caso del que dice la verdad aun teniendo miedo de que alguien resulte dañado, puesto que todos sabemos que la mentira aún duele más al ser descubierta. Temer y vivir como la vacuna contra el miedo como dijo el poeta Francisco de Quevedo ‘Siempre se ha de conservar el temor pero debemos aprender a no mostrarlo’. Las personas que superan el miedo y la desconfianza que genera lo hacen invitándolos a hacer esas cosas contra las que nos previenen, “Lo haré con miedo pero lo haré”. La experiencia nos suele demostrar de que no es tan fiero el león como lo pintan y de que, a posteriori, los beneficios de hacer aquello que tememos suelen ser muy enriquecedores. Así pues,

ser valiente significa afrontar las vicisitudes de la vida y los retos que comporta aun teniendo miedo. Dejar de pedirnos ser otros para encontrar una manera de ser nosotros mismos pero más eficientes recordando que el coraje no es la ausencia de miedo sino la capacidad de dejarse acompañar por él en la consecución de lo que es importante para nosotros.
Evita evitar
Una de las respuestas clásicas a las cosas que tememos es evitarlas. La evitación puede parecer una respuesta lógica para preservarse de la angustia aunque en grandes dosis perpetúa nuestro miedo y afecta a nuestra percepción sobre nosotros mismos.

Nunca se pudo dominar un acontecimiento evitándolo y, por el contrario, cuando afrontamos nuestros temores y llevamos a cabo las situaciones temidas nuestra persona se ve reforzada.

Afrontar paulatinamente, en cambio, nos proporciona sentimientos de satisfacción y eficiencia personal que redunda en nuestra autoestima. Dar pequeños y prudentes pasos siempre es mejor que no hacer nada por temor.
El poder negativo de las expectativas
Cuando tememos algo normalmente nuestro cerebro genera una imagen interna donde nos vemos a nosotros mismo logrando algo con éxito, con total tranquilidad. Cualquier resultado que no sea igual que nuestra imagen interna, nos genera frustración y tendemos minusvalorar el hecho de haber afrontado la situación. Así pues, las expectativas de éxito pueden estar funcionando en nuestra contra. Qué tal sería decirnos a nosotros mismos: “Aunque salga mal, lo importante es hacerlo”. Si esperamos a estar totalmente seguros de que todo irá bien, seguramente no haremos demasiadas cosas.